Correlación de maíz con las culturas originales de México y América
Dr. Luis Pérez LugoProfesor-investigador de la Universidad Autónoma Chapingo
México y América pertenecemos originariamente a la civilización agrícola, es casi nula la información existente, pese a su gran relevancia porque constituye el verdadero rostro de nuestro país. Las civilizaciones agrícolas no se abordan en los planes y programas de la Secretaría de Educación Pública, pese a contar con una ontología propia, se prefiere la civilización ganadera portadora de la racionalidad, las pretensiones de universalismo y de verdad, una ontología llegada de ultramar que da sentido a las ideologías derecha e izquierda y que no corresponde a la civilización agrícola de la milpa. Ambas ideologías coinciden en que la ruralidad es pobreza, incivilización, marginación hasta para algunos es donde habita gente pagana, por la relación de respeto y cuidado a la tierra y la ofrenda a los cuerpos de agua, las montañas, las cuevas. Afortunadamente en el mundo hay quienes sostienen que ahora la ruralidad civilizará a la urbanidad para conseguir la paz, el cuidado al medio ambiente y la inequidad legal que existe entre la urbanidad y la ruralidad. Para alcanzar una nueva ruralidad hay que construir también una nueva urbanidad y estados nacionales renovados, como sostiene nuestro colega el Dr. Guillermo Torres Carral. Otros teóricos de la nueva ruralidad sostienen la necesidad de establecer políticas diferenciadas orientadas a los grandes, medianos y pequeños empresarios agropecuarios. Otros recomiendan impulso a la micro, pequeña y mediana industria y la reducción de extensión de las grandes empresas. Así como la definición clara de las políticas de estado mediante normas; además un esfuerzo compartido con la sociedad civil y el Estado. Descentralizar de la urbanidad la actividad económica y política y el predominio de lo ecológico sobre lo económico.La génesis de la palabra cultura, corresponde al cultivo, el cultivo de la tierra, no del cielo. Ha contribuido con los calendarios agrícolas, muy ligados al ciclo lunar, tanto los correspondientes al hemisferio norte como en el sur de nuestro continente donde los cientos de maíces nativos distribuidos desde Norteamérica hasta Sudamérica, espacio que alterna y complementa su mundo con la papa y otros cultivos endémicos.El espíritu del maíz y del agricultor no irradia antropocentrismo, orgullo, cuestiones que alimentan elementos ganaderos ajenos a la América originaria. El maíz y la milpa enseñan el sentido de cuidar por la vida, la alimentación y el gran afecto a la tierra, a la Madre Tierra. La gran apuesta de la sociedad colonizadora de México y América es que el maíz lo traigamos en el estómago y en la mente al trigo y al ganado.El maíz es semilla y por consecuencia hijo vegetal de la Madre Tierra, su presencia, consumo y ritualización dan sentido nato a México y América y a sus habitantes que también forman parte de los hijos de Madre Tierra, en este mundo interrelacional (no racional); el espacio, el tiempo y las correlaciones culturales entre la tierra, la planta de maíz y el cuerpo, el espíritu humano, evidencian una estrecha codependencia. El surgimiento de la agricultura y el mejoramiento y la diversidad de maíces fueron acompañando a las culturas, fueron desarrollándose juntos y a la vez cada cultura original de México y América fue adaptando sus maíces de acuerdo a sus condiciones medioambientales, clima, altura sobre el nivel del mar, disposición hídrica, presión atmosférica, vegetación, humedad relativa y absoluta, latitud, entre otros aspectos.Se escucha en las ceremonias que la gente original de México enfrentó una invasión y un declive poblacional, un opacamiento cultural. –La particularidad que tenemos es el hecho de ser semillas, por eso volveremos a nuestra tierra. La sentencia muestra una raíz profunda del maíz y la milpa, es la causa de porqué pese a que vivimos ya en la madurez del Tratado del libre comercio, por ende se esperaría por la tan nombrada causa efecto científica-racional y pragmática, de que nosotros nos convertiríamos en consumidores de trigo por ser más barato que el maíz. La lógica, la razón y la ciencia no acertaron porque tanto pueblos originales, los mestizos, la población afro y la población blanca seguimos perteneciendo a los consumidores, productores y a la ritualización (en diferente grado) del maíz. Sin el maíz no sabríamos en México quienes somos.

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